domingo, 1 de mayo de 2011

LA PEQUEÑEZ DEL JUGADOR


LA PEQUEÑEZ DEL JUGADOR Y SU INTENTO DE REBELIÓN ANTE EL ESQUIVO AZAR. Así podríamos definir esta obra de la firma del director germano Robert Siodmak, que siempre fue un seguro de calidad, incluso en una película como esta, que no satisfizo demasiado al propio director al menos en lo que al guión se refiere.


Se trata de una adaptación de la novela del escritor ruso Fedor Dostoievsky, El Jugador, que contó con un reparto muy interesante, nada menos que Ava Gardner, Gregory Peck, Agnes Moorehead, Ethel Barrymore y Melvyn Douglas. Como verán, cinco magníficos de la escena. La música y la fotografía son excelentes. Pero, curiosamente el film no tuvo el éxito esperado. ¿Porqué? Es difícil decirlo. Tal vez el guión no mantuvo la fuerza de la novela original y probablemente eso fue lo que no acabó de convencer a Siodmak. Ó tal vez un cierto tono dulzón y acaramelado que resta crudeza a la película.Porque tanto de la novela, muy autobiográfica de Dostoievsky, como de la película, lo que queda como moralina ó moraleja es el peligro de la adicción al juego.


La ludopatía como enfermedad de la mente. La pequeñez del jugador y su intento de rebelión ante el esquivo azar. La historia de amor tal vez reste impacto al film. Pero aun así es una película francamente interesante con un gran actor como Peck y una gran mujer, bella entre las bellas, como Ava Gardner, que además de por sus evidentes dotes femeninas me ha convencido por sus dotes interpretativas.Y sería injusto olvidarse de las otras dos grandes damas, Barrymore y Moorehead. El papel de la segunda es breve y no muy relevante pero con todo y eso, dejan su impronta en todo lo que hacen y siempre es un lujo ver una película en la que intervengan.




Ava Gardner y Gregory Peck, dos grandes entre los grandes del cine, comenzaron sus carreras a mediados de los cuarenta. Es extraño que, contando con la presencia de ambos, esta película sea casi una absoluta desconocida. Sin embargo esconde un gran interés, ya que aborda un tema nunca antes mostrado en la gran pantalla: la ludopatía. Siodmak fue valiente al tratar esta enfermedad como tal, ya que la gran mayoría de la sociedad de la época ni siquiera sabía lo que significaba dicha palabra. El director trata con crudeza y valentía las terribles consecuencas de quienes la sufren, sin tabúes ni rodeos.Gregory Peck demuestra su versatilidad con una excelente interpretación dramática, y la Gardner supone el complemento perfecto, tanto por su belleza como por su solvencia ante las cámaras.


El Gran Pecador (The Great Sinner - 1949) es una joya injustamente olvidada.



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