Por fín, Ava figura como parte del reparto en un poster. Es su cuarta película, y en ella, su belleza, parece que empieza a irradiar.
Whistle stop es un entretenido drama con buenas dosis de intriga, que resulta amena e interesa a partir de que el amigo del protagonista, muy bien interpretado por el siempre excelente Victor McLaglen, se convierte en casi casi el principal personaje. Por lo menos es el que tiene más chispa y con mayor bagaje dramático. Compone un personaje inrtrigante, lo que acerca al filme, hasta entonces un más bien vulgar drama de amores y desamores, al cine del más puro género negro.
Whistle stop es un entretenido drama con buenas dosis de intriga, que resulta amena e interesa a partir de que el amigo del protagonista, muy bien interpretado por el siempre excelente Victor McLaglen, se convierte en casi casi el principal personaje. Por lo menos es el que tiene más chispa y con mayor bagaje dramático. Compone un personaje inrtrigante, lo que acerca al filme, hasta entonces un más bien vulgar drama de amores y desamores, al cine del más puro género negro.
Por lo demás, la dirección de Moguy es convencional y no sabe, me temo, extraer con acierto los mimbres de los que dispone, que no son pocos. Sin embargo, le falta constancia y mesura para que la cinta tenga la profundidad necesaria para convertirla en imperecedera o, al menos, en recordable a través de los años.
Lo mejor, junto al personaje compuesto por McLaglen es la belleza de Ava Gardner, en el mejor momento físico de su carrera, que está bellísima en todo momento, aunque lleva más de la cuenta un mismo vestido. Y digo más de la cuenta, porque lo lleva en la calle, vale, pero también dentro de su casa. Eso no es creíble.
Gardner está bien en todo momento, aunque destaca sobremanera en la escena en la que le echa la bronca, llamándole cobarde, a McLaglen, cuando este, al menos en apareciencia, le abandona al protagonista cuando más lo necesita.
También es muy buena la escena, por su hondo dramatismo, llena de rabia y amor al mismo tiempo, en la que la actual novia del protagonista, postrada en la cama de un hospital a causa de un absurdo accidente, le espeta lo que de verdad piensa de él. Le dice las verdades del barquero, algo que le hará, de una santa vez, reflexionar acerca de lo que su vida ha sido hasta entonces.
En resumen, agradable film, que podía haber llegado más lejos, pero que gusta y deja un más que aceptable sabor de boca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario