viernes, 10 de junio de 2011

Una vida por otra


Uno de los innumerables westerns que se hicieron en esa década fantástica para el género que fueron los 50, esta vez de la mano de un especialista del western como John Farrow (“California”, “Hondo”) que curiosamente fue más en el cine negro donde nos dejó sus mejores películas, el que fuera el padre de la actriz Mia Farrow. El argumento no es especialmente atractivo ni novedoso, pero cuenta con los ases en las interpretaciones, una pareja de protagonistas como Robert Taylor y Ava Gardner no son para tomarlo a broma, y sobre todo ese papel de Anthony Quinn como José Esqueda, vale por sí sólo ya un visionado. Tiene las virtudes de este tipo de películas, como es el equilibrio entre la acción y los diálogos, siempre concisos, directos, carentes de todo adorno floral pero llenos de autenticidad, escritos por el propio Farrow y el gran Frank Fenton (guionista de obras tan increíbles como “Río sin retorno” o “Escrito bajo el sol”). No les voy a vender la burra, no es ni mucho menos un western imprescindible, pero tampoco despreciable. Estamos ante hora y media de cine clásico de los que hay que recuperar. Y como digo siempre, una película normalita como esta de antes, está al nivel de una casi buena de las de ahora.



DIRECTOR
John Farrow
GUIÓN
John Farrow, Frank Fenton
MÚSICA
Bronislau Kaper
FOTOGRAFÍA
Robert Surtees
REPARTO
Robert Taylor, Ava Gardner, Howard Keel, Anthony Quinn, Kurt Kasznar, Ted de Corsia, Jack Elam
PRODUCTORA
MGM.


Además en el reparto figura Jack Elam al que probablemente identificarán más por sus ojos que por su nombre y que siempre fue un habitual en eso de los westerns. Todos ellos dirigidos por un director australiano, John Farrow, poco conocido pero que a la vista de la realización de este film lo menos que puede decirse de él es que resulta cinematográficamente atractivo.En realidad la película es un tanto atípica si la comparamos con lo que estamos acostumbrados. Ava Gardner, sigue siendo el animal más bello del mundo pero, como esposa de dudosa fidelidad, parece algo fuera de sus registros habituales. Por su parte Anthony Quinn ha interpretado muchísimos papeles de mexicano, recordemos sin ir más lejos Viva Zapata de Elia Kazan, pero pocos con el dedo tan nervioso y despiadado. Que decir de Robert Taylor acartonado hasta las cejas y con más pinta de ninot fallero que de duro pistolero. Y como guinda, un curita de armas tomar, absolutamente literal. Por ello el único que se parece, en la foto, es Jack Elam, bandido de mirada aviesa y feo donde los haya. Pero, seguramente, por ese desencaje de papeles respecto de lo que estamos acostumbrados, la película resulta francamente interesante. Ver a una Ava Gardner desenfrenada arrojándose a los labios de Robert Taylor, especialmente si vimos su aparente integridad en La condesa descalza de Mankiewicz, resulta francamente sugerente y si además Quinn, capaz de llorar al ser bendecido por el Father Pistolas es asimismo defensor implacable de la ley de la bala y generoso en su aplicación, pues que quieren que les diga... Una fotografía de calidad en tecnicolor, con escenas de caballos, galopadas y cargas de la brigada ligera a toque de corneta, juntamente con un guión lo suficientemente sólido como para mantener nuestra atención, hacen que este trabajo de Farrow no nos deje impasible y se vea con interés..


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